El hotel, ubicado en un antiguo convento reformado, ofrece a sus huéspedes la oportunidad de descubrir este pueblo andaluz y sus tradiciones, así como disfrutar de la buena cocina en un entorno tranquilo rodeado de hermosos paisajes naturales. El hotel refleja el estilo tradicional del pueblo. Dispone de una terraza en la que puede disfrutar de unas espectaculares vistas de los alrededores mientras toma el sol. Muchas de las habitaciones ofrecen vistas al valle del río Guadalete, además de ser muy tranquilas.
Arcos de la Frontera, un pueblo que Azorín describió como "uno de los más bellos de España", fue fundado en la cima de una colina. Arcos es el acceso natural a las montañas de Grazalema y forma parte de la famosa Ruta de los Pueblos Blancos. Las excelentes conexiones de transporte permiten acceder fácilmente a Jérez y a la bahía de Cádiz. La parte antigua de Arcos, que fue declarada monumento histórico y artístico en 1962, merece una visita, un paseo por sus sinuosas callejuelas con casas blancas, viejos conventos e iglesias majestuosas. Además de la oportunidad de descubrir el casco antiguo de Arcos, en el lago podrá participar en las actividades de deportes acuáticos que allí se practican. En las inmediaciones, también hay una pista de golf abierta al público. Gracias a su ubicación céntrica, Arcos es el lugar ideal para explorar la región: el parque natural de Grazalema, la Ruta de los Pueblos Blancos, el parque natural de Los Alcornocales, la Ruta del Vino, Jerez de la Frontera, la Escuela de Equitación de Jerez, la costa y las playas, Sevilla, etc.