El hotel está alojado en un antiguo monasterio franciscano que data de 1478. Fue construido originalmente por Bartolomé de Oviedo y posteriormente renovado en el siglo XVII por el Marqués de Buscayolo. Más recientemente se usó como molino, por lo que todavía se puede ver la maquinaria de aquel tiempo en la planta baja, donde también se encuentra un pequeño museo etnográfico. Fue nuevamente renovado en 2007. El edificio tiene 2 plantas y ático. Los 300 m2 de superficie disponible están divididos en 30 habitaciones, de las que 23 son dobles, 2 son suites y 5 son habitaciones Superior, además de zonas comunes como la cafetería y el restaurante. Dispone también de vestíbulo con recepción 24 horas, ascensor, instalaciones para conferencias, conexión Wifi, servicio de habitaciones y de lavandería y aparcamiento.