Durante el cerco de Ronda, en 1945, destacó la heroica actuación de Juan de Armario, a quien quiso recompensar con unos terrenos en las montañas de Santiscal. Fue allí donde sus herederos decidieron erigir esta típica hacienda andaluza que hoy ofrece a los viajeros todo el sabor de antaño. Todos sus rincones han sido cuidados con mimo, como el comedor, el cenador con cristal privado, el salón de lectura con chimenea y el patio central andaluz. Los exteriores invitan al reposo y se componen de un jardín con piscina, terrazas, acceso directo al lago y una gran extensión de campos de olivos y trigo.
Dado su privilegiada situación, desde la Hacienda se puede tomar parte en diversas actividades organizadas por el propio hotel que le ayudarán a conocer mejor el entorno y las costumbres de la provincia de Cádiz: visitas a la ciudad de Jérez de la Frontera, una ruta por los pueblos blancos que se inicia en Arcos de la Frontera o excursiones al Parque Nacional de Grazalema. Muy típico son las visitas a bodegas y a fincas de crianza del toro. Hay la posibilidad de hacer rutas a caballo o en bicicleta. Los que deseen practicar golf, también tienen la ocasión de disfrutar de su deporte y con descuentos especiales en un club de golf de los alrededores.