No responde a las expectativas de un cuatro estrellas.
Si bien la ubicación es muy buena respecto a la estación de ferrocarril, la estación de autobuses e, indirectamente, aeropuertos, el hotel defrauda en cuanto a lo esperable de un cuatro estrellas: las dimensiones de la habitación, baño y cama son llamativamente reducidas; carece de armario cerrado y le sobran adornos, que no dejan de resultar incómodos, como los cojines que recargan y restan espacio. desayuno adecuado y trato correcto, aunque, teniendo en cuenta el elevado número de clientes españoles que frecuentan este hotel, deberían hacer un esfuerzo por adaptarse a esta demanda y facilitar la comunicación en castellano.
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