Una de cal y otra de arena en la recepción.
Al llegar nos atendió un chica, nos dio una habitación con bañera para una persona con discapacidad y nos dijo que no había hojas de reclamaciones, todo un horror en atención al cliente. falta de profesionalidad e incluso de legalidad. luego tuvimos la suerte de topar con otro recepcionista guillón, fue un ángel, nos cambió de habitación y no puso ningún inconveniente a nuestras demandas, nos ayudó a instalarnos correctamente. el hotel es un hotel de paso, lo mejor el desayuno.
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